Encuentros del Sentir: Un Viaje al Corazón de tu Liderazgo.

Sobre Pedro Loupa

Si me preguntas quién soy, te diría que llevo un tiempo intentando desaprender las respuestas que me dieron. Las etiquetas —escritor, mentor, conferencista, empreendedor, humanista, guía espiritual— se sienten como trajes que, aunque útiles a veces, aprietan en el alma.

Prefiero pensarme como un provocador de preguntas. Mi labor no es ofrecerte un mapa con el destino marcado, sino encender una pequeña luz para que te atrevas a explorar tu propio territorio, a menudo olvidado. Mis palabras solo buscan ser una invitación a la pausa en un mundo que nos exige correr.

Me siento más un jardinero de ecosistemas humanos que un arquitecto de soluciones. No vengo a construir nada por ti. Mi pasión es ayudarte a cuidar la tierra de tu organización, de tu equipo o de tu propia vida, para que las semillas que ya habitan en ti —tu propósito, tu autenticidad, tu coraje— encuentren el espacio y los nutrientes para florecer. Mi trabajo es recordarte que, antes que profesionales, somos seres humanos anhelando conectar con otros seres humanos.

Todo lo que comparto nace de mi propia herida, de mis propios laberintos y de mi profunda torpeza al intentar navegar la vida. No hablo desde la cima de ninguna montaña, sino desde el valle, con el polvo del camino en los zapatos. Es desde esa vulnerabilidad, desde ese no saberlo todo, que me atrevo a acompañar a otros.

Mi única brújula es un anhelo profundo de reconexión. Sueño y trabajo por un mundo donde las organizaciones dejen de ser máquinas que extraen nuestro talento para convertirse en comunidades vivas que cultivan nuestro potencial. Un mundo donde el liderazgo no sea un acto de poder, sino un servicio de amor y valentía.

Así que, si tuviera que resumirlo, diría que soy un caminante. Uno que se enamoró de la humanidad y que eligió dedicar sus días a tejer puentes: entre el alma y la estrategia, entre la vulnerabilidad y la fuerza, entre tú y la persona que se sienta a tu lado.

Mi nombre es Pedro Loupa. Pero eso, como todo lo demás, es solo el comienzo de la conversación.